La raíz universal de la cagazón.

Me disculpo: no que quisiera hablar mucho, tampoco, ni mucho menos (no se vaya a pensar que uno en realidad busca a la aprobación o al menos el reconocimiento extraños, no. La seguridad la tiene uno dentro de sí. Afirmo: la tengo la tengo la tengo dentro de mí. Espejo enfrente, respiración profunda: “la tengo“. Además, uno debe hacer lo que le gusta. Hacer lo que uno disfruta más habilita al individuo para que el individuo mismo individuo se desarrolle como individuo pleno en todas las etapas de la vida del individuo. En fin. No piense que para eso está la televisión: lea y motívese), sino que a veces uno necesita desahogar cosas que de lo contrario andan deambulando como locas en las libres cabecitas, provocando disparatados, adversos y siempre emocionantes sentimientos en contra del ser querido, y que le hacen a uno creer que se es malo. A pesar de todo lo que hay uno que aguantar debe cargar con el peso de sentirse que el escape maligno proviene de alguna parte podrida de nosotros que de alguna manera debemos y tenemos que reprimir (letrados: a) omítanse b)métanse por el culo las referencias bibliográficas para explicar el fenómeno anteriormente relatado con autores del siglo anterior o -peor aún- de otros más viejos. Ejem, clásicos. Sí, soy único, especial, e inexplicable y conozco esas nefastas referencias. Un ser profundísimo, podrán ver. Sigan atentamente mi devaneo para poder imitar el estado de iluminación que poseo), sino que además (estaba en lo de reprimir las cositas feas de la cabeza) debemos desarrollar el IVA* de la culpa que tan humanamente nos permiten un escape efímero, pero dulce a la también recreada y efímera represión y/o acción culposa por parte del tercero.

Algunos de los pensamientos que me hacen sentir culpable (o no tanto), son, sin orden de importancia (aunque seguramente mi memoria irá sacando los más frescos y después los más dolorosos, simpáticos, o reveladores de mi aburrida (¡!*) personalidad) han sido los siguientes. Imagine el contexto de la situación (o básese* en alguna película que le inspire y le ayude a comprender la situación para explicar el origen de dichas acusaciones. Marque con una tacha aquellos que usted ha padecido, ejercido o sentídose* culpable de haber maquinado en su morbosa pero aguantadora mente.**

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Nótese la relación de estos sentimientos culposos relacionados con el malestar, desprecio e incluso muerte del ser que se dice amar. Según el manual Psicología de Mamá II* (Mamá, 2008: 32), estos sentimientos provienen de una depreciación de sí mismo, proyectada a través de inseguridad e insatisfacciones personales proyectadas en la envidia que el ser amado promueve al tener una vida ligera o significativamente mejor que la de uno mismo. Otros son actos de la más dulce crueldad y no merecen ser explicados. Por tanto, la desigualdad natural de la vida promueve este orden de pensamientos, tolerados sólo en la raíz de la conciencia, ahí donde la máquina aún no llega y donde el ojos y la expresión pueden atisbar pero que con práctica, se puede ocultar. Esa enfermiza y nada natural resolución proviene de un reconocimiento de sabernos más y menos en la misma situación, con variables (intercambiables) contexto personal, historia familiar, inteligencia, y valoración personal con respecto al otro. Una ecuación mental simple: uno se caga porque no tiene nada mejor que hacer.*******

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* Referencia cultural cosmopólita que sirve para a:
-Clasificar al escritor (WTH*) dentro del rango de escritores cosmopólitos, cultos y actuales. El lector debe esbozar una sonrisa perspicaz y una leve exhalación con señal de que se entiende, se aprueba, y provocó una sensación de entendimiento, lo cual le capacita como lector cosmopólita, culto e interesado en las expresiones culturales de sus contemporáneos.
**El autor quiere agradecer a todos los que han llegado a esta sección, aunque honestamente desprecia a aquellos que en realidad creen llegarán a un estado de iluminación al leer las anteriores frases con un objetivo expositivo lúdico, proyectivamente morboso.
***El autor no tiene este tipo de pensamientos. Ha logrado sacarlos de su cabeza gracias a métodos avanzados de programación neuronal. Sin embargo, para el cabal entendimiento de este tipo de pensamientos, aquí menciona algunos ejemplos de estos pensamientos, a fin de hacerlos identificables, separables, clasificables y estudiables:
Familia:

- ¡Cómo quisiera que mis padres murieran! Haría lo que yo quisiera.
- Mis hermanos son unos patanes. Nunca harán nada de su vida.
- No hay duda que soy el consentido de mis padres. Eso me da cierto margen para tratarlos mal y abusar de ellos.

Estado y religión: sobran excepciones y/o comentarios.

Pareja:
- Porque a pesar de lo que te diga y me preguntes sí estás más gord@ y te apesta la boca a café y no me gusta hacerte guaguis y seguido me desesperas con tus pendejadas y se me hace que no te quiero tanto o al menos no creo que me vaya a casar contigo.


****El autor admite presentar este tipo de pensamientos, aunque aclara que estuvo en seminarios de entrenamiento mental positivo avanzados y en efecto, la incidencia de estos fenómenos ha reducido considerablemente.
*****El autor quiere desmentir el anterior apartado: la incidencia de estos pensamientos es insusualmente recurrente y pronunciada. Quisiera además disculparse por la ñoñez de los anteriores pensamientos, pero siente que aún es temprano para dar a conocer sus más hondos traumas y fijaciones, además del terrible drama que lo anterior puede representar en la calidad de escritura del mismo.
******Al autor le gustan las anotaciones en asteriscos.
*******El autor entiende que la anterior respuesta no explica una gran parte de la cagazón en profundidad o elocuencia. Se excusa haciendo alusiónes metafísicas a su recién terminado texto, diciendo que la esencia es meramente académica a un texto que otrora se pensó como fresco, cosmopólita, iluminador y actual. Ahora mismo experimenta uno de esos pensamientos que no logró explicar del todo contra sí mismo. Sí, ahí está constante, pero obvio, no lo va a soltar. Porque sobre todo está orgulloso de su egoísmo. El enfermo.